Los juegos del hambre de Gary Ross
PANEM ET CIRCENSES
Se dice que los libros siempre son
mejores que su adaptación audiovisual, puedo afirmar que esto es así a menos que el lector carezca de imaginación.
El primer libro de la trilogía de Los
juegos del hambre es una novela dirigida a adolescentes y adultos, de fácil
lectura e interesante desarrollo. Al tratarse de un mundo post-apocalíptico
inventado por la autora (Susanne Collins) el relato está inundado de
descripciones de cómo son las personas, cómo visten, cómo comen, cómo viven, de
qué viven, cómo es el espacio físico en el que sobreviven; estos detalles son
fundamentales y se dibujan con bastante exactitud en la película. El Capitolio
(lugar donde residen las autoridades de este país llamado Panem) se opone
completamente a los distritos donde viven el resto de los habitantes, la
ostentación y el mal gusto se imponen en el Capitolio donde abunda la comida y
las comodidades; las personas se tatúan la piel, usan aros de diamantes
colocados en cualquier parte del cuerpo, se realizan raros peinados y se tiñen
el pelo de colores chillones, a diferencia de los humildes trabajadores de los
distritos que apenas tienen para alimentarse. Estos últimos viven subordinados
a sus autoridades quienes cada año celebran Los juegos del hambre, forma
bastante directa de subyugar a los habitantes y evitar que se rebelen (de
nuevo). En esta festividad, el gobierno escoge de cada distrito dos jóvenes (un
varón y una mujer) de entre 12 y 18 años para que compitan en una batalla
mortal, sólo uno de los 24 jóvenes puede sobrevivir.
La película cuenta con la excelente
actuación de Jennifer
Lawrence interpretando a la protagonista Katniss Everdeen, la actriz se asemeja
perfectamente a como una podría imaginarse a Katniss aunque tal vez debería ser
un poco más delgada ya que se trata de personas que apenas comen.
Esta
película es comparada con Crepúsculo, film que también nace de la adaptación de
una novela de aventura y de amor adolescente. A diferencia de Crepúsculo ésta saga
goza de excelentes actores, como Donald Sutherland, y respeta las descripciones
de la autora de la novela. El “espectador-lector” podrá bufarse de la falta de
algunos elementos que hacen a la obra pero en general la película está muy bien
hecha y permite que se comprenda el meollo de la historia. Sin embargo, podría
explicarse mejor porqué el nombre de algunos jóvenes está más veces en la urna
de donde se elige al “tributo” o concursante de Los juegos del hambre, ya que
en el libro se detalla que los jóvenes pueden pedir “teselas” (cereales y pan)
a cambio de agregar su nombre, aumentando así la posibilidad de ser elegidos en
estos juegos mortales.
Gary
Ross nos presenta el mundo creado por Collins con gran fidelidad, un mundo
lleno de paralelismo entre la abundancia y la escasez, la inocencia y la
picardía, la bondad y la maldad, la belleza y la fealdad.
Es
una película digna de ser vista por la novedad de su temática y la complejidad
de su historia.